Los hombres enfermamos por nuestro estilo de vida, por el aire que respiramos, por el agua que bebemos, por la comida que comemos, por las radiaciones a las que estamos expuestos. No enfermamos por los virus o bacterias que hay por ahí sueltos. Enfermamos porque nuestro sistema inmune no puede más. Sólo reforzando nuestro sistema inmune, y volviendo a un aire limpio, agua limpia, comida limpia y una exposición moderada a las radiaciones que nosotros mismos hemos «inventado» volveremos a recuperar la salud.
La naturaleza posee un principio llamado Vix medicatrix naturae, consistente en que se cura a sí misma. Los hombres como parte integrante de la naturaleza, también poseemos la cualidad innata de sanar, sólo tenemos que favorecer el poder curativo de la naturaleza y no entorpecerla.